El gobierno permuta
Miguel Ángel Santos
Ya no tenemos los dólares de antes. Para financiarme a mí, te quedas con los bolívares y te arruinas...
El gobierno desde hace años viene persiguiendo a los tenedores de bolívares, bien sea a través de la amenaza constante a la propiedad o de las tasas de interés negativas. Los bolívares rinden 12% en ahorros y 15% en cuenta corriente, con la inflación galopando por encima de 30%. Durante todo este tiempo se ha mantenido (en todo el sentido económico de la palabra) una taquilla para intercambiar por dólares esos bolívares ¿Por qué? Perseguir a los ahorristas por filosofía, gastar por lascivia, vender dólares para evitar que el paralelo se dispare y alimente aún más la inflación. Esa receta no podía durar para siempre. Se acabaron las poses: El socialismo no es compatible con la existencia de un mercado cambiario libre.
¿Qué se aprobó esta semana? Como buenos venezolanos, aprobaron unas líneas que alcanzan casi para cualquier cosa. Se declara competencia exclusiva del BCV la compra y venta de divisas en el país, sea en efectivo o a través de títulos. Además, se crean sanciones que comprenden multas por dos veces el monto transado (sin autorización del BCV) y de dos a seis años de cárcel. Esas líneas abren varias posibilidades. La primera es que se cree a nivel del BCV una tercera tasa oficial, de naturaleza flexible y como diría Sanguino, "un poco por encima de 4,30, pero no mucho, porque no vamos a especular". A esa tasa, cualquiera que sea, no tendrían acceso todos, sino sólo los autorizados por BCV. Éste último se convertiría en el Cadivi del dólar permuta. A los demás se les deja la incómoda elección entre permitir que el valor de sus activos en bolívares se disuelva en la inflación o acudir al mercado negro-ilegal (una cuarta tasa, con una prima para compensar por riesgo) y correr el enorme riesgo de la pena de cárcel.
Pero la redacción también da lugar a otro escenario diferente. Según esta versión, el BCV asumiría plenamente la administración de una tercera tasa flexible (flotación sucia), y garantizaría a todos el libre acceso, cualquiera que ésta sea. Eso equivale en términos prácticos, con algún que otro detalle policial, a liberar el control de cambio (manteniendo 2.60 y 4.30). Esta opción podría reducir en algo la prima por incertidumbre y falta de transparencia que tiene la cotización, pero no por mucho tiempo. ¿Tiene divisas el BCV para proteger esa tasa? ¿Está dispuesto a asumir la depreciación del bolívar? Si no tenían divisas para intervenir el permuta en su versión anterior, ¿de dónde van a sacar las que hacen falta para mantener ese tercer mercado oficial?
Lo que sí es cierto es que el valor del dólar aquí viene dado por una mezcla de demanda creciente (los bolívares perseguidos) contra una oferta muy limitada. Después de todo los únicos ofertantes de divisas en éste país son Pdvsa y la emisión de deuda externa. Ninguno de los argumentos y posibilid
ades que se han discutido aquí o en la Asamblea atacan las causas. Es simplemente una forma de contener las consecuencias. Siendo así, es difícil pensar en cómo podría bajar la cotización en el mediano plazo. En el fondo el mensaje es el mismo. Ya no tenemos los dólares de antes. Para financiarme a mí, ahora te quedas con los bolívares y te arruinas. Y sí te opones vas preso.
El gobierno desde hace años viene persiguiendo a los tenedores de bolívares, bien sea a través de la amenaza constante a la propiedad o de las tasas de interés negativas. Los bolívares rinden 12% en ahorros y 15% en cuenta corriente, con la inflación galopando por encima de 30%. Durante todo este tiempo se ha mantenido (en todo el sentido económico de la palabra) una taquilla para intercambiar por dólares esos bolívares ¿Por qué? Perseguir a los ahorristas por filosofía, gastar por lascivia, vender dólares para evitar que el paralelo se dispare y alimente aún más la inflación. Esa receta no podía durar para siempre. Se acabaron las poses: El socialismo no es compatible con la existencia de un mercado cambiario libre.
¿Qué se aprobó esta semana? Como buenos venezolanos, aprobaron unas líneas que alcanzan casi para cualquier cosa. Se declara competencia exclusiva del BCV la compra y venta de divisas en el país, sea en efectivo o a través de títulos. Además, se crean sanciones que comprenden multas por dos veces el monto transado (sin autorización del BCV) y de dos a seis años de cárcel. Esas líneas abren varias posibilidades. La primera es que se cree a nivel del BCV una tercera tasa oficial, de naturaleza flexible y como diría Sanguino, "un poco por encima de 4,30, pero no mucho, porque no vamos a especular". A esa tasa, cualquiera que sea, no tendrían acceso todos, sino sólo los autorizados por BCV. Éste último se convertiría en el Cadivi del dólar permuta. A los demás se les deja la incómoda elección entre permitir que el valor de sus activos en bolívares se disuelva en la inflación o acudir al mercado negro-ilegal (una cuarta tasa, con una prima para compensar por riesgo) y correr el enorme riesgo de la pena de cárcel.
Pero la redacción también da lugar a otro escenario diferente. Según esta versión, el BCV asumiría plenamente la administración de una tercera tasa flexible (flotación sucia), y garantizaría a todos el libre acceso, cualquiera que ésta sea. Eso equivale en términos prácticos, con algún que otro detalle policial, a liberar el control de cambio (manteniendo 2.60 y 4.30). Esta opción podría reducir en algo la prima por incertidumbre y falta de transparencia que tiene la cotización, pero no por mucho tiempo. ¿Tiene divisas el BCV para proteger esa tasa? ¿Está dispuesto a asumir la depreciación del bolívar? Si no tenían divisas para intervenir el permuta en su versión anterior, ¿de dónde van a sacar las que hacen falta para mantener ese tercer mercado oficial?
Lo que sí es cierto es que el valor del dólar aquí viene dado por una mezcla de demanda creciente (los bolívares perseguidos) contra una oferta muy limitada. Después de todo los únicos ofertantes de divisas en éste país son Pdvsa y la emisión de deuda externa. Ninguno de los argumentos y posibilid
ades que se han discutido aquí o en la Asamblea atacan las causas. Es simplemente una forma de contener las consecuencias. Siendo así, es difícil pensar en cómo podría bajar la cotización en el mediano plazo. En el fondo el mensaje es el mismo. Ya no tenemos los dólares de antes. Para financiarme a mí, ahora te quedas con los bolívares y te arruinas. Y sí te opones vas preso.
http://www.miguelangelsantos.blogspot.com/
¿QUIÉN MATÓ AL BOLÍVAR?
Laureano Márquez
Yo comparto, naturalmente, la sospecha de que al Bolívar lo mataron, esto no es muerte natural ni de vaina, esto fue planificado por alguien. Se trata, y hay que decirlo, de un envenenamiento progresivo. Poco a poco lo fueron acabando, pero, sin duda, se ve que la dosis aumentó muchísimo en los días previos a su fallecimiento.
Una de las preguntas que debemos hacernos es: ¿Por qué ya nadie quería al Bolívar? Quizá la respuesta es que este ser, tan fuerte en otros tiempos, terminó no siendo útil para nadie. Recibir al Bolívar, justo cuando pierde su poder, se constituyó en un gran riesgo para todos, porque en materia bolivariana, hasta los patriotas son realistas. Alojar al Bolívar en la casa significaba la ruina. Y aunque todo el mundo entiende que ser rico es malo, muchos conocen en carne viva (lo de carne es una metáfora) que ser pobre es peor.
Es inevitable en este punto preguntarse en un análisis heroico comparativo: ¿Por qué la gente quiere a Washington y deprecia al Bolívar? Naturalmente la respuesta tiene que ver con el espíritu que rige al enemigo del norte. Allí la gente confía en su prócer y aplica sus ideas. Eso hace que los gringos tengan un modo de vida que resulte envidiable para muchos y que la gente al final prefiera al Washington, en cuyo nombre pueden vivir mejor.
Llegado a este punto, la gran pregunta: ¿A quién beneficia este crimen, que constituye un verdadero magnicidio? Si algo nos enseñó el viejo teniente Columbo a sus seguidores es que aquel que se nos presenta como el menos sospechoso es probablemente el asesino y aquel que se muestra más entusiasta en el esclarecimiento y la investigación puede que sea el autor intelectual.
De todos modos, el ritual del asesinato al Bolívar, se ha cumplido nuevamente con una exactitud tan predecible que abochorna: Justo cuando más poderoso se nos presenta, sobreviene su ruina. Los destinos del Bolívar y del Washington, siempre son contradictorios: Al primero lo hunden sus amigos, al segundo lo elevan sus enemigos. Cosas de la historia.
PS: Para aclarar más estos asuntos relacionados con nuestro pasado, Locademia de la Historia realiza un "Juicio a Vicente Nario", donde se muestra, como dijo un amigo cubano, que lo peor que tiene el futuro es el pasado que nos espera.
Información: www.laureanomarquez.com
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